Aparici promueve un método de cultivo basado en la combinación de su arraigada tradición agrícola y la incorporación de aquellos avances que posibilitan un exhaustivo control de todo el proceso, en favor de un producto de la máxima calidad.
Una producción integrada que fomenta el máximo respeto por el entorno, gracias a prácticas compatibles con la protección y mejora del medio ambiente, así como de los recursos naturales que nos brinda.
En este sentido, la compañía minimiza en lo posible la utilización de productos fitosanitarios -tales como pesticidas, herbicidas o fertilizantes- con el objetivo de adaptar progresivamente su método de cultivo hasta implantar la agricultura de “residuo cero”.
Objetivo alineado con su misión empresarial de ofrecer al consumidor las cebollas más frescas y saludables durante todo el año, con una producción responsable y garantizando la máxima calidad y seguridad alimentaria.
Porque la receta del éxito de las cebollas que Aparici comercializa en todo el mundo parte de su complicidad con la tierra. Un suelo fértil, favorecido por días soleados y noches frescas, que sus agricultores cultivan con mimo y compromiso.
El común denominador de los cultivos que la compañía desarrolla de forma conjunta con sus productores asociados no es otro que la calidad. El exigente Sistema de Calidad Aparici marca rigurosas directrices en la ejecución de estos. La búsqueda del clima seco y cálido capaz de potenciar las características organolépticas de este gran tesoro de nuestra gastronomía define las zonas de cultivo en el calendario: Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía, Castilla-La Mancha…
Cuando se trata de ofrecer al cliente la máxima calidad durante los 365 días del año, no existen límites y, por ello, su red de agricultores se extiende hasta Sudamérica, con cultivos en Chile y Perú.
De esta manera, el consumidor puede disfrutar de las bondades del producto durante todo el año, manteniendo sus excelentes características y sin que su disponibilidad se vea afectada por la estacionalidad.
