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Cuatro décadas de esfuerzo y dedicación

La extraordinaria calidad de las cebollas Aparici es el resultado de más de cuatro décadas de esfuerzo y dedicación por parte de una familia apasionada por el cultivo de esta hortaliza y, sobre todo, apasionada por el trabajo bien hecho.

Una trayectoria iniciada en 1975 por Don José Aparici Escrivá, que encarnó la primera generación, a la que más tarde se incorporaron sus dos hijos, Pepe y Fernando, quienes introdujeron nuevos sistemas de cultivo y nuevas variedades.

Heredaron el buen hacer de su padre y, gracias a esta sólida base, lograron convertir la marca Aparici en sinónimo de calidad, tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras.

Don José Aparici Escrivá
D. José Aparici Escrivá
Aparici. Segunda y tercera generación
D. Fernando Aparici Rosa junto a sus hijos Fernando y Lara Aparici Espert

Así, el salto internacional también fue propiciado por la segunda generación de la familia y hoy se materializa con exportaciones a los principales mercados de todo el mundo.

En la actualidad, la tercera generación Aparici, representada por los nietos del fundador, dirige la empresa junto a un equipo de profesionales altamente cualificados.

Fernando y Lara han sabido combinar sabiamente la profunda experiencia de sus antecesores con la sistematización de los procesos bajo los estándares más exigentes, garantizando así un exhaustivo control de todas las etapas y un producto excelente, con suministro continuado los 365 días del año en cada una de las variedades.

 De su mano se han incorporado al porfolio de productos diferentes tipos de ajo provenientes de las mismas zonas de cultivo que sus cebollas.

Y, todo ello, contando con la última tecnología disponible en el ámbito de la conservación y envasado de los productos, así como con la digitalización de la gestión y la producción.

Un producto reconocido y valorado en todo el mundo

Cuando firmamos con orgullo cada una de nuestras cebollas, estamos adquiriendo un férreo compromiso con la excelencia en todo el proceso. 

Y es que, Aparici no solo garantiza la máxima calidad y frescura los 365 días del año, sino que también avala un servicio a la altura de sus productos.

Somos herederos de la experiencia y el saber hacer de una familia apasionada por el cultivo de la cebolla desde hace más de cuatro décadas. 

Un legado que supone todo un privilegio, pero también una gran responsabilidad que asumimos con la misma entrega y entusiasmo que nuestros predecesores.